Por fin, tras un par de años de espera, tengo ahora mismo en mis manos el último número de Maison ikkoku. Una historia preciosa, de amores, desamores y mucho humor que llega por fin a su final. La verdad es que hice trampa, y vi por internet los scans en japonés hace tiempo, pero eso no le quita ni un ápice emoción. Un final bastante típico y poco original, es verdad, pero el único posible. Si la Takahashi llega a hacer otro la mato.
Vamos, que si aún no la habéis leído, ya tardais en ir a la tienda.
Vamos, que si aún no la habéis leído, ya tardais en ir a la tienda.
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