16.7.07

Civil War: menuda decepción

Esa es la palabra que emplearía para definir el inicio del megacrossover del siglo: decepcionante. Y mira que el primer número empezó bien, con un planteamiento interesante y un debate más o menos coherente sobre el tema, pero en el segundo la cosa se ha ido al carajo, y ha derivado en un pim-pam-pum entre los dos bandos sin más. Cualquier posible debate sobre los pros y contras de las dos posturas y sobre el impacto de esta medida en la sociedad ha desaparecido y ha quedado reducido a un simple intercambio de mamporros. Supongo que era de esperar en un producto de este tipo, pero no habría estado de más algo de contenido.

Y éste es sólo el primer problema, el otro es que en un tema tan polémico, Marvel ha optado por ir a la solución fácil: los proregistro son unos fascistas de mierda y las únicas personas decentes son los rebeldes. Esto se ve bien a las claras en la segunda serie principal. Y esto no va así señores. Hay personas decentes y cabrones en ámbos lados, y tienen su parte de razón y su parte de sinrazón los dos bandos. Pero lo más fácil es dar una visión maniqueísta de la realidad, con buenos y malos, uniendola a los famosos recortes de las libertades que está comiendo el señor Bush en el mundo real, y obviar la posibilidad de un debate auténtico. Cuan diferente podría haber sido esto en manos de Alan Moore, por ejemplo.

Resumiendo, que después de las grandes expectativas que había levantado en mi el primer número, en el segundo la serie cae en picado. Una auténtica lástima. Sinceramente, prefiero la Crisis de DC, que se deja de debates sesudos y cuestiones político-filosóficas para ir a lo que va: superheroes ostiándose entre ellos al máximo nivel. O sea, lo mismo que la Civil War, pero sin querer envolverlo todo de un falso trasfondo político.

Ah, y una ultima cosa para acabar. No he querido entrar en un debate político auténtico sobre si estoy a favor o no del dichoso registro, ya me plantearé un post más extenso y currado sobre esto. En cualquier caso, hace tiempo ya hice un post dando mi opinión, y básicamente sigo pensando lo mismo, pero con matices: estoy a favor del registro, pero no de este registro ni de como se está realizando. Es decir, estoy a favor de que los superheroes esten regulados por ley y hayan de cumplir una serie de normas, como cualquier otro cuerpo de polícia (que es en el fondo lo que son) en lugar de ir por libre y hacer lo que les da la gana como ahora, pero no puedo estar a favor de que se torture y se meta en campos de concentración a quienes incumplan la ley, ni de que se les persiga como a terroristas, ni de que prácticamente se les obligue a decir públicamente su identidad, ni de que se persiga a todo el que tiene superpoderes, ejerza o no de superheroe, etc. Lo primero es democracia; lo segundo es fascismo.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Alguna que otra vez te he leido y me gusta. Me gustaría ponerte en una lista para recomendarte (linkearte??) si no te importa. Mientras no me demandes... tututuuu... xx

Javi dijo...

Sí, hombre, sí, eres totalmente libre de hacerlo. Bien que me alegro de que a alguien le interese lo que escribo.

Anónimo dijo...

No estoy de acuerdo con tus consideraciones finales. Veamos: si dejamos al margen los grupos establecidos de superhéroes (que sí podrían ajustarse más o menos a lo que afirmas (Cito: "como cualquier otro cuerpo de polícia (que es en el fondo lo que son")), no entiendo cómo el hecho de que, por la razón que sea (mutación,por el mordisco de una araña...),tengas poderes que te distinguen de los demás y los utilices para ayudar a tus conciudadanos, te convierta en un policía más y debas por tanto responder ante el estado.

No veo la diferencia entre regular los superhéroes por ley o, por ejemplo, los gitanos, los indigentes o los árabes. Razones para cada caso se pueden encontrar y justificar pero eso no quita para que sea una intolerable intromisión en el ámbito privado. Porque conviene distinguir (aunque últimamente no esté de moda entre los mandatarios de ciertos grandes países) entre castigar a quien violenta la ley y castigar a quien esté en condiciones o se prevé que pueda hacerlo. Lo primero es acogerse a lo que el derecho establece. Lo segundo va contra la propia ley.

Javi dijo...

El hecho de ayudar a los demás no te convierte en un policía, pero el hecho de atacar la libertad de otros (los delincuentes) a la hora de hacerlo sí. En el momento en que un superheroe detiene a un delincuente está ejercitando una función que, por ley, corresponde solo al Estado, porque el Estado es el único que tiene el monopolio de la función coercitiva. Por ello tiene una leyes sumamente restrictivas que regulan como se ejerce, leyes a las que los superheroes no están sometidos.

Y no estamos de hablando de regular a los superheroes por el hecho de tener poderes. Meter a alguien en un registro por tener un poder, como si es por tener bigote, es una barbaridad que se salta todas las leyes y que está próxima al fascismo, pero yo no me refiero a eso, sino de regular a alquien por el hecho de utilizar un poder para ejercitar una función que por ley no le corresponde. Por lo que a mi respecta, un chaval cualquiera que tenga un superpoder no tiene que estar registrado en ninguna parte, mientras no usurpe las funciones de la polícia a la hora de usar su poder.

Anónimo dijo...

Comprendo lo que dices y estoy en parte de acuerdo. Pero distingamos:

Detener a un delincuente sin ser policía no es delito (entendiendo por ello evitar que cometa el delito que se propone). Lo que sí sería delito es el uso de la violencia, patrimonio exclusivo de los cuerpos de seguridad del estado.

Y una cosa es crear un registro de individuos que portan armas (caso de Ironman, el Castigador...) y otra hacer pública la identidad de sujetos por su condición (mutantes, individuos vulnerables en su identidad secreta) de "superpoderosos" (como podría ser de rubios o cojos, si estas características físicas fueran consideradas "de riesgo") con el consecuente perjuicio para su integridad y libertad individual y la de sus familias y allegados.
Justificar semejante procedimiento es abrir la puerta al abuso gubernamental, al fascismo encubierto. De aquí al "Gran Hermano" de Orwell, dos pasos.
Por no hablar de las vendettas, represalias y ajustes de cuentas que la publicidad de dichas identidades conllevarían para las personas listadas. Porque, no lo olvidemos, los "buenos" deben acogerse a las listas pero los "malos", con o sin registro, actúan con alevosía. Una ventaja concedida magnánimamente por el gobierno.

Javi dijo...

Vale, sí, pero pasan dos cosas:

Primero, que no es lo mismo coger in fraganti en un momento dado a un delincuente y pararle los pies, como podría hacer cualquier ciudadano, que hacerlo habitualmente e incluso dotarse de armamento específico para el ello. En este último caso yo entiendo que se está ejerciendo habitualmente una función policial.

Segundo, que la distinción entre lo que es y no violencia es muy relativa. Aunque no ataques ni golpees a nadie, el simple hecho de detener a alguien contra su voluntad, aunque esté cometiendo un delito, ya implica un uso de violencia contra él.

Y en lo segundo estoy completamente de acuerdo contigo. Esa es la diferencia clave, que sea un registro de seres superpoderosos, o que sea un registro de superheroes son cosas muy diferentes. Registrar a alguien por lo que es, sea mutante, sea judío o sea metahumano, es una discriminación absoluta que va contra todos los derechos humanos. A lo que yo me refiero es a un registro de las personas que quieran ejercer de superheroes, aquí no hablamos de que se les registre por una cualidad personal que posean, sino por la profesión que están ejerciendo, igual que hay un registro de polícias, de bomeros y de abogados. No estoy muy puesto en Marvel, pero Batman y Robin, por ejemplo, tendrían que estar en el registro aunque no tengan poderes, y cualquier mutante de los miles que hay por USA que ni son heroes ni nada no tienen que estar en él bajo ningún concepto. Por la indefinición que hay sobre esto, y por lo mal que están llevando el tema de las identidades, entre otras cosas, es por lo que no me gusta la forma en que se está llevando este registro concreto, pero sigo pensando que la idea general es buena. Bien aplicada y cumpliendo las leyes, claro. Evidentemente un sistema como este llevado al extremo puede acabar con un gobierno fascista que controle a todos los seres con superpoderes y los meta en campos de concentración. Pero es que lo contrario, la libertad que hay ahora, puede fácilmente desembocar en un Authority, con un grupo de heroes tomando el poder y cambiando el mundo a su antojo. Todos los extremos son malos, tanto el uno como el otro.

Anónimo dijo...

De acuerdo con tu primer punto. Nada que discutir.

Pero, en el segundo, debemos (nosotros los juristas) recordar aquello de la proporcionalidad respecto del bien dañado o puesto en peligro. No es lo mismo herir a alguien (pongamos romperle un brazo) que intenta robar una tele en un escaparate que hacerlo evitando que asesine a un niño (aunque, claro está, todo dependerá del día que el señor juez tenga... Que esa es otra)

En fin, que, como bien dices, de todo hay y puede verse de distintas maneras, aunque a mí me asuste especialmente la concesión de poderes extraordinarios(y la consecuente reducción de derechos civiles, claro) al gobierno (sea este el que sea)

En fin, que gracias por la charleta. Ha estado bien.