Esta tarde, aprovechando una visita de negocios al centro de Barcelona, me he acercado a las tiendas de cómics para volver a hojear las novedades del Salón (quieras que no, con toda la vorágine siempre se te pasan cosas por alto) y buscar algunas cosas que no salieron (o yo, al menos, no vi). Me he llevado el Stuck Rubber Baby, que el jueves no vi en ningún sitio, y que tiene una edición preciosa. Es caro, pero vale la pena. Y también le he echado otro vistazo al Flash Gordon que ha sacado Planeta. Mi impresión ha sido aún peor que la que me llevé cuando lo vi en el Salón, y a cuenta de esto voy a hacer hoy una pequeña reflexión sobre como debe editarse un cómic clásico.
Un cómic clásico se puede editar de dos formas: en una edición de lujo, o en una edición popular.
La edición de lujo lleva tapa dura, papel grueso y de gran calidad, gran tamaño, un trabajo de busqueda y/o restauración del material, y adornos pijoteras para que quede bien (sobrecubierta, lomo como de cuero o algo así, que está muy de moda últimamente, título o imágenes en relieve, etc). Pero claro, todo esto hay que pagarlo, y tenemos ediciones con precios altísimos. Que la calidad del cómic lo vale, y la edición y todo el trabajo que ha llevado también, pues sí, seguro que es verdad. Pero es caro. Ahí está por ejemplo el Topolino de Astiberri (25 euros por 130 páginas en balnco y negro), el Spirit de Norma (35 euros por unas 250 páginas en color) o el reciente El ladrón de pesadillas (24 euros por 100 y pico páginas en color). Como podeis ver, una relación número de páginas-precio altísima.
Una edición popular, en cambio, es más pequeña (a veces más de la cuenta), en tapa blanda, con papel de menor calidad, y publica el material tal cual se encuentra, sin preocuparse por restaurarlo todo lo que se pueda. Es una edición sencilla y simple, que no se puede calificar de buena; pero es barata, y de esta forma puede llegar a un público mucho más amplio. Rip Kirby, por ejemplo, casi 200 páginas en blanco y negro por sólo 10 euros; o los Clásicos de la EC, 160-170 páginas en blanco y negro por menos de 5 euros.
En la edición en España hay una división clara: Glenat, Astiberri y Norma buscan las ediciones de lujo, mientras que Planeta apuesta por las ediciones populares.
¿Cual es el método ideal? Dependerá del tipo de consumidor de que estemos hablando. Un lector de cómics de hace muchos años, experto en el mundillo y con un poder adquisitivo razonable preferirá las ediciones de lujo, argumentando que unos clásicos tan importantes se merecen el mejor tratamiento posible. Un lector de cómics adolescente-joven típico, de 20 y pico años, con poco dinero para gastar y que no conozca estas obras, no podrá o no querrá pagar un dineral exagerado por un material que no conoce y que, por la pinta de viejo, no suele ser muy atractivo a la vista. Entonces, repito ¿qué hacemos?
Lo ideal, claro, sería una edición doble: una barata y otra de lujo, pero es imposible en el mercado actual. Al menos a corto plazo, dentro de un tiempo quizá ya no. No olvidemos que algunos cómic ya tienen una doble edición casi simultánea, como V de Vendetta, o la doble edición de Bone que prepara Astiberri. Por tanto, ahora mismo hay que elegir, y yo me quedo con una combinación de ámbas, pero con clara preferencia por las ediciones populares. Si tengo que elegir entre que estos clásicos tengan una edición acorde con su calidad, o que estén disponibles para la mayor cantidad de gente posible, me quedo claramente con la segunda opción. Lo importante es popularizar este tipo de cómics, y más adelante ya nos preocuparemos de hacer una edición buena de verdad.
Claro, esto no se puede hacer con todos. También dependerá mucho del cómic concreto del que hablemos. No se puede editar en formato barato Krazy Kat, o Little Nemo in Slumberland, o los clásicos españoles que se han recuperado últimamente, porque no vas a vender ni uno (sólo lo comprarán los cuatro gatos de siempre, lo edites como lo edites) y porque supongo que debe ser casi imposible hacer una edición mínimamente en condiciones sin un gran trabajo detrás (lo que elevaría irremediablemente el precio). Pero, al mismo tiempo, cosas como los clásicos de la EC o Rip Kirby se pueden sacar como se ha hecho en ediciones sencillas y baratas porque es factible de hacer, no se pierde demasiada calidad y son cómic que, pese a su antiguedad, sí pueden tener una salidad entre el gran público (de hecho, creo que los 2 han tenido unas ventas muy buenas).
Y también depende de la duración de la obra. No es lo mismo uno o dos tomos, que en un momento dado alguién puede arriesgarse (yo he comprado tomos REALMENTE caros porque me ha llamado la atención la edición), que una serie que abarque 10 o 15 tomos que te cuesten 25-30 euros cada uno.
Pero ojo a un detalle: cuando digo edición popular y barata, no digo edición mala, que son cosas diferentes. Es evidente que una edición barata no puede tener la misma calidad que una de lujo, pero sí tiene que llegar a un mínimo. Los clásicos de la EC, por ejemplo, o Rip Kirby, considero que llegan a ese mínimo aunque tengan algunos fallos. Terry y los Piratas, por ejemplo, por su relación número de tiras-precio, y por la calidad de reproducción, no.
En conclusión: por favor, ediciones populares mínimamente bien hechas, que puedan tener una amplia distribución, y reservar el lujo sólo para cosas que lo necesiten o que realmente lo merezcan.
Bueno, y todo este tostón venía a cuento de la edición de Flash Gordon de Planeta, que pretendía ser una edición de lujo, y ha resultado ser una chapuza: vale que es grande, y es a color, pero la calidad de reproducción, por lo que he visto, es penosa. No se si no habrá más material disponible que éste, pero ya que la edición se supone que es de lujo (y por el precio realmente lo es) se podría haber intentado arreglar eso. Y lo de las tapas semirigidas ya es lo último que me faltaba por ver. Uno se puede abanicar con el tomo (verídico, lo he comprobado en el Fnac cuando no me veía el dependiente).
Buff, lo siento por el tocho, pero a veces empieza uno a escribir y no para.
Un cómic clásico se puede editar de dos formas: en una edición de lujo, o en una edición popular.
La edición de lujo lleva tapa dura, papel grueso y de gran calidad, gran tamaño, un trabajo de busqueda y/o restauración del material, y adornos pijoteras para que quede bien (sobrecubierta, lomo como de cuero o algo así, que está muy de moda últimamente, título o imágenes en relieve, etc). Pero claro, todo esto hay que pagarlo, y tenemos ediciones con precios altísimos. Que la calidad del cómic lo vale, y la edición y todo el trabajo que ha llevado también, pues sí, seguro que es verdad. Pero es caro. Ahí está por ejemplo el Topolino de Astiberri (25 euros por 130 páginas en balnco y negro), el Spirit de Norma (35 euros por unas 250 páginas en color) o el reciente El ladrón de pesadillas (24 euros por 100 y pico páginas en color). Como podeis ver, una relación número de páginas-precio altísima.
Una edición popular, en cambio, es más pequeña (a veces más de la cuenta), en tapa blanda, con papel de menor calidad, y publica el material tal cual se encuentra, sin preocuparse por restaurarlo todo lo que se pueda. Es una edición sencilla y simple, que no se puede calificar de buena; pero es barata, y de esta forma puede llegar a un público mucho más amplio. Rip Kirby, por ejemplo, casi 200 páginas en blanco y negro por sólo 10 euros; o los Clásicos de la EC, 160-170 páginas en blanco y negro por menos de 5 euros.
En la edición en España hay una división clara: Glenat, Astiberri y Norma buscan las ediciones de lujo, mientras que Planeta apuesta por las ediciones populares.
¿Cual es el método ideal? Dependerá del tipo de consumidor de que estemos hablando. Un lector de cómics de hace muchos años, experto en el mundillo y con un poder adquisitivo razonable preferirá las ediciones de lujo, argumentando que unos clásicos tan importantes se merecen el mejor tratamiento posible. Un lector de cómics adolescente-joven típico, de 20 y pico años, con poco dinero para gastar y que no conozca estas obras, no podrá o no querrá pagar un dineral exagerado por un material que no conoce y que, por la pinta de viejo, no suele ser muy atractivo a la vista. Entonces, repito ¿qué hacemos?
Lo ideal, claro, sería una edición doble: una barata y otra de lujo, pero es imposible en el mercado actual. Al menos a corto plazo, dentro de un tiempo quizá ya no. No olvidemos que algunos cómic ya tienen una doble edición casi simultánea, como V de Vendetta, o la doble edición de Bone que prepara Astiberri. Por tanto, ahora mismo hay que elegir, y yo me quedo con una combinación de ámbas, pero con clara preferencia por las ediciones populares. Si tengo que elegir entre que estos clásicos tengan una edición acorde con su calidad, o que estén disponibles para la mayor cantidad de gente posible, me quedo claramente con la segunda opción. Lo importante es popularizar este tipo de cómics, y más adelante ya nos preocuparemos de hacer una edición buena de verdad.
Claro, esto no se puede hacer con todos. También dependerá mucho del cómic concreto del que hablemos. No se puede editar en formato barato Krazy Kat, o Little Nemo in Slumberland, o los clásicos españoles que se han recuperado últimamente, porque no vas a vender ni uno (sólo lo comprarán los cuatro gatos de siempre, lo edites como lo edites) y porque supongo que debe ser casi imposible hacer una edición mínimamente en condiciones sin un gran trabajo detrás (lo que elevaría irremediablemente el precio). Pero, al mismo tiempo, cosas como los clásicos de la EC o Rip Kirby se pueden sacar como se ha hecho en ediciones sencillas y baratas porque es factible de hacer, no se pierde demasiada calidad y son cómic que, pese a su antiguedad, sí pueden tener una salidad entre el gran público (de hecho, creo que los 2 han tenido unas ventas muy buenas).
Y también depende de la duración de la obra. No es lo mismo uno o dos tomos, que en un momento dado alguién puede arriesgarse (yo he comprado tomos REALMENTE caros porque me ha llamado la atención la edición), que una serie que abarque 10 o 15 tomos que te cuesten 25-30 euros cada uno.
Pero ojo a un detalle: cuando digo edición popular y barata, no digo edición mala, que son cosas diferentes. Es evidente que una edición barata no puede tener la misma calidad que una de lujo, pero sí tiene que llegar a un mínimo. Los clásicos de la EC, por ejemplo, o Rip Kirby, considero que llegan a ese mínimo aunque tengan algunos fallos. Terry y los Piratas, por ejemplo, por su relación número de tiras-precio, y por la calidad de reproducción, no.
En conclusión: por favor, ediciones populares mínimamente bien hechas, que puedan tener una amplia distribución, y reservar el lujo sólo para cosas que lo necesiten o que realmente lo merezcan.
Bueno, y todo este tostón venía a cuento de la edición de Flash Gordon de Planeta, que pretendía ser una edición de lujo, y ha resultado ser una chapuza: vale que es grande, y es a color, pero la calidad de reproducción, por lo que he visto, es penosa. No se si no habrá más material disponible que éste, pero ya que la edición se supone que es de lujo (y por el precio realmente lo es) se podría haber intentado arreglar eso. Y lo de las tapas semirigidas ya es lo último que me faltaba por ver. Uno se puede abanicar con el tomo (verídico, lo he comprobado en el Fnac cuando no me veía el dependiente).
Buff, lo siento por el tocho, pero a veces empieza uno a escribir y no para.
1 comentario:
COJONUDA tu reflexión, y lo digo sin ironías. Creo q has tocado todos los puntos importantes... Y mira q me jode porque yo he comprado el tomo. ¿Porqué? Porque quería tener el Flash Gordon recopilado. Y no había otra opción (o era joderme y no comprarlo). Y existiendo este tomo, ni Planeta ni nadie va a sacar nada, ni mejor ni peor, en décadas ¿Verdad? Si quieres comprar, no se, "Hamlet", te vas a una librería y tienes doce ediciones distintas en precios y formatos, "a tó confor". Pero con el comic pues a lo q hay...
Y para los q dicen q los compradores de comics somos muy exigentes y casinos, creo q el lector de comics va todos los meses y compra X comics, algunos (como yo)bastantes. Personalmente no conozco a nadie q lea libros q vaya y se deje esa misma pasta en libros, de hecho lo digo pq yo no me la dejaba cuando compraba libros, pq me duraban mas. En fin, perdón por este rollo, pero creo firmemente q sí, q tengo derecho a patalear lo q quiera por mi dinero...
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